Capítulo 182: ¿Por Qué no lo Olvidas?
Valentina miraba fijamente el anillo. Un rubi tan grande y tan bien imitado era raro, sería una
lástima tirarlo.
-Está bien, ¡me lo quedo!
Valentina tomó el anillo, lo colocó en su dedo con un gesto de enfado, pero ignoró a Michael y
siguió caminando.
Michael se quedó con una sonrisa tensa en su rostro.
Al entregarle el anillo, ¿había olvidado ella algo? Su expresión enojada parecia indicar que tenía la mente puesta en alguien que la habia irritado.
Michael se apresuró a alcanzarla, caminando a su lado:
-Si él te enfada, ¿por qué sigues pensando en él? ¿Por qué no lo olvidas?
Valentina no tuvo tiempo de responder, cuando una voz a su lado continuó:
-Así, lo olvidas y yo te presento a alguien mejor, ¿qué te parece?
Valentina frunció el ceño, llena de dudas.
¿Qué estaba diciendo este hombre?
Al ver la confusión en su rostro, Michael sonrió con malicia, bloqueando su camino:
-¿Qué te parezco? ¿No soy tan atractivo como ese hombre que te irrita?
Michael le guiñó un ojo a Valentina, quien se detuvo y no pudo evitar reírse.
Lo examinó de arriba abajo, como si estuviera comparándolo con su esposo. Pronto llegó a una
conclusión:
-Tú… no eres tan guapo como él.
Michael se quedó con la sonrisa congelada en su rostro. ¿No era tan guapo como ese hombre?
-Vamos… mirame bien otra vez.
Desafiante, Michael abrió sus brazos y dio una vuelta completa frente a Valentina, luego la miró fijamente esperando una respuesta diferente. Valentina lo observó seriamente por un momento.
-Tú… ¡sigues sin ser tan guapo como él!
Al ver que el semblante de Michael cambiaba, Valentina se apresuró a consolarlo:
-Pero eres más divertido que él.
Divertido no era precisamente un elogio para un hombre guapo. Michael estaba a punto de preguntar qué tan atractivo era ese hombre, cuando Valentina extendió su mano primero:
-Hola, soy Valentina, un placer conocerte y gracias por ayudarme a alegrar mi ánimo.
Michael levantó una ceja. Parecia que su esfuerzo no había sido en vano. Michael le dio una palmada amistosa en la mano.
-Soy Michael Bennett, ahora que nos conocemos, somos amigos, ¿verdad? Eres mi primera amiga en Coralia, debes valorar eso.
Michael Bennett, ¿el de la familia Bennett? Valentina de repente recordó, él era de la familia Bennett. ¿Sería que él era…?
Antes de que Valentina pudiera terminar su pensamiento, la voz de Michael la interrumpió:
-La fiesta de cumpleaños de hoy fue idea de mi hermana, yo no tengo nada que ver.
Efectivamente, era el hermano gemelo de la familia Bennett. Pero Valentina había venido con
Alonso y no habia preparado un regalo por separado.
-Entonces… -Valentina sonrió, tratando de evadir el tema-. Feliz cumpleaños.
Pero Michael bloqueó su camino.
-¿Y el regalo? -Michael extendió sus manos hacia ella.
Valentina sonrió con una pizca de vergüenza, sus ojos parpadeaban, ¿cómo podria conseguir un regalo de último momento para este nuevo amigo?
Tras pensar sin encontrar una solución, solo pudo mirar a su nuevo–amigo.
-¿Puedo quedarte debiendo el regalo?
Michael la miró fijamente. Proveniente de una familia rica, habia visto de todo. Lo que quería,
podia obtenerlo por sí mismo. En su mundo, un regalo no era algo importante. Pero en ese
momento, quería recibir un regalo de ella. Después de un largo suspiro, Michael pareció
generoso.
-Está bien, me debes un regalo de cumpleaños.
A lo lejos, Luna vio a los dos hablando y se puso verde de envidia. ¿Cómo Valentina había empezado a hablar con Michael? Y parecían estar disfrutando de la conversación.
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Luna miró a Valentina con furia, cuando de repente escuchó la voz de un camarero detrás de ella.
-Señorita Luna, aquí estás, nuestra señorita te está buscando, quiere presentarte a algunos
amigos.
Luna frunció el ceño, controlando sus emociones antes de girarse.
-Claro, por favor llévame con Elara.
Elara Bennett era una de las gemelas de la familia Bennett, la protagonista de la fiesta de cumpleaños de hoy. Luna la conocía por casualidad.
Unos dias antes, saliendo de la cárcel, deprimida y sin poder contactar a Aitana, fue a un centro comercial a comprar compulsivamente para desahogarse.
Durante un descanso, se encontró con Elara en una cafetería, quien no llevaba dinero ni tarjetas y no estaba familiarizada con los pagos electrónicos en el país.
Luna no sabía que era la hija de la familia Bennett, solo notó su elegante presencia y decidió
pagar su cuenta.
No esperaba encontrarse con la hija de la familia Bennett.
La familia Bennett tenía influencia politica; el padre de Elara era el segundo al mando en Coralia.
y su tío ocupaba un cargo en Guadalajara. La posición de la familia Bennett en Coralia era comparable a la de la familia Hamilton.
Luna estaba emocionada.
Descubrió que Elara tenía un carácter noble y era ingenua.
Habia planeado hablar mal de Valentina frente a Elara para que la echaran.
Pero ahora tenía otros planes.
¡Valentina se atrevió a coquetear con Michael!
Luna apretó los puños y siguió al camarero al segundo piso, donde vio a unas chicas mirando secretamente hacia un lugar abajo.
-¿Ese es Alonso? Elara, tienes buen gusto.
-Si, mira su porte, solo el señor Valenzuela podria ser digno de nuestra Elara.
-¿Verdad? Elara, mira lo bien que combinan, él con un traje negro y tú con un vestido blanco, cualquiera pensaría que hoy es su boda.
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Las chicas rodeaban a Elara, halagándola hasta hacerla sonrojar. Luna se acercó, viendo a Alonso rodeado de gente abajo y a Elara con una expresión timida, de inmediato comprendió. ¡ Elara estaba enamorada de Alonso! Qué buena noticia.
-Hola, Elara… -Luna se acercó.
Todas las chicas dirigieron su mirada hacia ella. Elara se acercó a Luna, tomándola cariñosamente del brazo.
-Les presento a Luna, mi nueva amiga, una persona muy noble. Si no fuera por ella, hubiera pasado mucha vergüenza aquel día.
Después, Elara presentó a Luna a las chicas que la acompañaban.
-¿Qué te parece él? -Elara miró hacia abajo, donde estaba Alonso, esperando el elogio de Luna.
Pero Luna lo observó un momento y funció el ceño.
-Es guapo y tiene porte, pero…
Elara cambió su expresión:
-¿Pero qué?
No solo Elara, las otras chicas también miraban a Luna. Bajo su mirada, Luna mordió su labio, visiblemente angustiada, antes de hablar como si se resignara.
-Conozco al señor Valenzuela, parece que está cortejando a mi prima…
