Capítulo 335
A Brent le pareció extraño que Chris no hubiera venido a buscar a Ethan en los últimos días. “¿Se rindió el señor Carlton?”
“Él nunca se rendirá hasta el último momento. Él sabe que no me moveré. Probablemente esté pensando en otras formas”.
Ethan estaba seguro de que nadie podría localizar a Olivia si no iba a la isla. Ella debe estar a salvo.
Brent le entregó un chaleco antibalas y dijo: “Sr. Miller, deberías usarlo sólo para estar seguro. La herida del cuchillo en tu pecho aún no ha sanado por completo”.
“Bueno.”
Ethan miró el cielo nublado. La luz del sol estaba completamente bloqueada. El mundo parecía oscuro y sombrío.
Brent, que conducía, dijo con irritación: “Hace mucho calor. Probablemente va a llover pronto. La lluvia simplemente empaña el ambiente”.
“Es bueno que llueva un poco. Limpiará la inmundicia de esta ciudad”.
Ethan no pudo evitar llamar a Olivia cuando pensó en lo que estaba a punto de hacer. Así eran las cosas antes. Su voz lo calmaría.
Olivia acababa de terminar de alimentar a los patos. Un ganso la había perseguido tres veces por el gallinero.
Ella contestó la llamada de Ethan mientras jadeaba. “¿Hola?”
“¿Qué pasó? ¿Por qué estás sin aliento?
“Un ganso casi me picotea. Estoy cansado.”
Olivia estaba sentada bajo un árbol, jadeando pesadamente.
Un camarógrafo profesional en la isla le tomaba fotografías diariamente y se las enviaba a Ethan. Una sonrisa apareció cuando se imaginó a Olivia siendo perseguida por un ganso.
Incluso su voz se volvió más suave. “Recuerda descansar bien. Cuida tu cuerpo para que recupere la salud”.
“¿Qué te pasó, Ethan?”
Olivia recordó que él la ridiculizaba cada vez que ella le decía que no se sentía bien.
“Liv, todavía podemos tener hijos en el futuro”.
Ethan colgó.
Olivia se abanicó las mejillas enrojecidas con las manos.
Supuso que Ethan debió haberse vuelto loco después de escuchar lo que dijo. ¿Pensó que todavía podrían volver a estar juntos?
Olivia observó cómo el sol se ponía en el horizonte. Otro día estaba llegando a su fin.
De repente, escuchó el sonido de un helicóptero acercándose. Olivia pensó que Ethan debía estar loco como para llamarla justo antes de llegar.
El helicóptero aterrizó en el helipuerto cercano a ella. Comenzó a caminar hacia el helicóptero. Ella pensó que su conciencia había intervenido y finalmente decidió llevársela.
Aunque lo despreciaba, lo aguantaría si eso la llevara de regreso a Aldenvine. La puerta de la cabina se abrió cuando los rotores lanzaron polvo al aire. En medio de la intensa ráfaga, la expresión de Olivia cambió cuando vio a la persona que salió de
el helicóptero.
No fue Ethan. Era Chris.
“Señor. Carlton”, lo saludó Olivia con expresión rígida.
Chris voló tan pronto como pudo. Parecía fatigado. “Nos volvemos a encontrar, Olivia. Te dije que había algunas cosas que tenía que contarte en persona”.
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Olivia dijo fríamente: “¿Te envió Ethan?”
Chris pensó en la tarjeta. La isla estaba en un lugar tan desolado que nadie más que Ethan podría haberle dicho sobre la ubicación, o eso pensaba.
Él dijo: “Sí, hicimos un trato. Si aceptas donar tu médula ósea, le permitiré cancelar su compromiso con Marina. Sé que eres la mujer que ama”.
Luego añadió cortésmente: “Olivia, yo también quiero hacer un trato contigo. Ayúdame a salvar a tu madre y aceptaré que tú y Ethan estén juntos. Marina nunca volverá a molestarlos. ¿Qué piensas sobre eso?”
Olivia pensó que Ethan era despreciable por hacer esto. Él la entregó por sus deseos egoístas.
Olivia dijo con rabia: “¿Qué le dio el derecho a decidir mi destino?”
Ella pensó que Ethan era tan arrogante como siempre.
Chris vio que Olivia se había emocionado, pero aún quería hablar con ella pacíficamente. “No te enojes, Olivia. Solo tengo algo que decirte”.
Olivia no quería perder ni un segundo más. Entonces ella corrió.
Chris suspiró y dijo: “Olivia, ¿por qué debe ser así? No quiero hacerte daño”.
Levantó la mano y varios hombres altos y fornidos la siguieron.
