Capítulo 349
La repentina aparición del hombre arruinó sus planes. Ella no podía dejarlo solo. Luego, el médico de urgencias comprobó que la vida del hombre no corría riesgo y que pronto recuperaría el conocimiento.
Fue entonces cuando Olivia salió apresuradamente del hospital.
El hombre recuperó el conocimiento y le dijeron que una persona amable lo había llevado al hospital. Quería agradecerle a la persona de inmediato.
“Desafortunadamente, la señora se fue después de pagar sus cuentas”.
“¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se fue?”
“Ella se acaba de ir.”
El hombre saltó de la cama y persiguió a Olivia.
Ignoró a la enfermera que gritaba detrás de él: “No puedes irte todavía. Aún necesitas que te revisen”.
No escuchó a la enfermera y aceleró el paso.
Vio una figura esbelta junto al camino. Olivia subió a un taxi antes de que él pudiera llamarla.
Tomó un taxi hasta el cementerio y compró algunas de las flores favoritas de su abuela cuando pasó por la floristería.
Primero fue a la tumba de su abuela. Dejó las flores y habló un rato. Ella nunca pondría un pie cerca de la tumba de Leia si algo así no hubiera sucedido.
El cielo se había despejado. Había hojas y ramas caídas por todas partes, prueba de la tormenta de anoche.
Al llegar a la tumba de Leia, Olivia se quedó mirando su foto. Tenía una sensación diferente a la última vez que vino. Había pensado que Leia tenía mala suerte por morir a una edad tan joven.
Olivia se agachó y cubrió el rostro de la imagen, dejando solo los ojos visibles.
Estaba segura de que los ojos eran exactamente iguales a los que vio en la mujer que quería matarla.
Pero esto fue sólo su suposición. Sólo había una manera de obtener pruebas reales.
Miró la tumba detrás de la lápida.
Necesitaba abrir el ataúd para sacar algunos huesos. Se preguntó si Ethan le permitiría desenterrar el cuerpo de su amada hermana.
Olivia no estaba segura.
