Capítulo 56: Un trato entre hermanos
EVAN LYNCH
-¿No se supone que ella y tú son hermanos? ¿No los crió la misma madre? -preguntó Annie antes de lanzarme la USB que me había quitado.
-No compartimos la misma sangre–contesté entre dientes.
-Pues… legalmente son hermanos… ¿Cuánto tardarás en convencer al mundo de que su unión no es producto del incesto? Afectarías no solo a ella y su reputación, también a tus sobrinos. ¿ Qué crees que les digan en la escuela? Esto no solo se trata de ti y tu obsesión enfermiza por ella, hay más personas a las que podrías lastimar.
-Daño colateral… Un pequeño precio que no tengo problema en pagar–agregué con seguridad al soltarla.
-Podría decir que me sorprende la frialdad de tus palabras y tu egoísmo, pero… sinceramente, desde que te conozco, siempre has sido así, y eso que no tengo el placer de tratarte de mucho tiempo, pero creo que es algo obvio, solo se necesita un par de ojos y sentido común para notar que eres un hijo de puta.
En ese momento llegó el siguiente autobús y me dejó ahí plantado. Tabata siempre decía que las personas buenas se reconocen entre ellas, ¿lo mismo ocurría con las personas que teníamos el corazón podrido?
Ÿ
IDRIS LYNCH
El trato entre Annie y yo era meramente cordial. Cada tarea que le pedía la realizaba sin chistar, con frialdad y meticulosidad. Admito que me esperé sabotajes, veneno en el café, documentos perdidos o mal redactados, pero nada de eso ocurrió. Aun así, no dejaba de tenerla bajo una lupa.
Llegué hasta el estacionamiento y busqué dentro de mi bolso las llaves de mi auto, pero a quien me encontré fue a Evan, recargado en el suyo, parecía estarme esperando.
-¿Qué ocurre? -Había una clase de misterio a su alrededor que me desconcertaba.
-Te invito a cenar… -contestó abriendo la puerta para
mí.
-¿Cenar? ¿Qué estamos festejando? -pregunté confundida.
—Te contaré en cuanto lleguemos al restaurante.
-Pero… No puedo mostrarme en público tan fácil… Sabes que…
-Estaremos completamente solos contestó con media sonrisa antes de acariciar mi mejilla
133
:>
+15 BONUS
Su actitud tan positiva y alegre me desconcertaba, pero me alegraba. El restaurante al que llegamos era pequeño, cálido y muy hermoso. Lo que había dicho era cierto, el lugar estaba completamente vacío y todas las atenciones estaban sobre nosotros.
-¿Entonces…?–pregunté mientras el mesero servía los elaborados platillos.
Una sonrisa se plasmó en el rostro de Evan antes de levantar la mirada hacia mí. —¿Ansiosa?
-Mucho–contesté mientras no paraba de mover mi pierna por debajo de la mesa.
-Estuve todo el día dentro del departamento de farmacología y creo que se nos ocurrió algo bastante interesante. -Parecía querer contener su emoción-. Crear un tipo de sangre sintética que pueda ser usada para transfusiones, sin necesidad de que haya compatibilidad. Crear sangre dorada no solo para la gente como Oliver o Kyle, sino para todos.
Me quedé sorprendida y sentí como mi estómago se retorció. Recordé ese tiempo en el que sufrí por no encontrar un donador para Oliver. -¿Hablas en serio?
-Muy en serio contestó con una gran sonrisa y acercó su mano hacia mí-. No solo es un seguro para nuestra familia, sino para la gente que sufre por no encontrar un donador. Esto
cambio.
será un gran
No pude evitar levantarme de la mesa y correr hacia él. Me recibió entre sus brazos mientras yo no podía contener la emoción. -¿Cómo se te ocurrió? ¿De donde sacaron la idea?
Hay
-Bueno, son cosas que pasan–contestó tomando mi rostro entre sus manos-. químicos y médicos trabajando en la patente. Es cuestión de tiempo para que registremos el
proyecto.
que estaba De pronto se inclinó lentamente hacia mí, recobrando la seriedad. Supe que era lo haciendo y por un momento de debilidad, y tal vez curiosidad, lo permití. Sus labios se posaron en los míos mientras sus brazos me envolvían, pegándome a su cuerpo, pero… su boca se sentía fría sobre la mía, que no parecía querer moverse.
Retrocedí, escapando de sus brazos, poniendo distancia de por medio. Juzgándome a mí misma porque mi cuerpo parecía no reaccionar. -Esto está mal… –dije en un susurro.
—¿Qué más quieres, Idris? -preguntó con rencor-. Te he dado años de mi vida, he estado a tu lado, te he protegido, te he escuchado… ¿Qué necesitas? ¿Qué sea un patán y te humille? ¿ Solo te fijas en hombres así?
-¿Perdón?-inquirí sorprendida, mientras él torcía la cara, renuente a verme-. Cuando te conocí, me viste con asco, me rechazaste y me trataste como si fuera estúpida e interesada… De un tiempo a la fecha cámbias de parecer, te conviertes en el príncipe azul que crees que quiero y ¿supones que por arte de magia comenzaré a quererte de diferente forma?
+15 BONUS
Ÿ
>>Evan… para empezar, somos hermanos.
-¡No somos hermanos! —gritó furioso-. Tal vez compartimos un apellido, pero no significa
que…
Posé mis dedos sobre sus labios, preocupada por su arranque de ira. Estaba herido y furioso, pero no era mi culpa. -Agradezco infinitamente todo lo que has hecho por mí, pero no puedo verte de manera diferente. Cuando formé parte de la familia, te vi como un hermano más. No me pidas que…
–
-El problema no es que me ves como un hermano -dijo tomando mi mano y clavando sus ojos en mí-. El problema, como siempre, es Liam. Dime… ¿estás ansiosa porque te descubra? ¿ Quieres ver su rostro cuando se entere de que sigues viva? Quieres encontrar esa chispa de esperanza, quieres verlo arrepentido. Todo esto de… buscar una venganza, es una m****a. Nunca la has querido en verdad.
-Hicimos un trato… y tengo palabra -contesté con un nudo en la garganta.
-Eso espero agregó desilusionado antes de soltar mi mano.
LIAM BLAKE
Revisaba con atención los reportes del proyecto «<IDRIS». Los resultados estaban siendo favorables. El proceso de experimentación iba a subir de nivel y los investigadores auguraban el éxito rotundo.
1
Cuando Idris murió, dentro de mi tristeza, decidí crear sangre «sintética». Eran glóbulos rojos sin ningún antígeno que pudieran servir para cualquier persona que la necesitara. Lo haría por mi hijo, por Oliver, para que jamás volviera a preocuparse por esperar una donación de sangre, pero también quería redimirme, quería… encontrar algo de paz. La sangre que se produjera sería gratuita. La farmacéutica absorbería los costos por completo. A veces sentía que era la manera en la que esperaba que Idris me perdonara desde donde fuera que me viera.
-¿Señor Blake? -preguntó Clark entrando a la oficina-. Tengo malas noticias.
-¿Qué ocurre?
-Se trata del proyecto. La información fue filtrada.
-¡¿Cómo?! -exclamé furioso, levantándome de mi escritorio.
-Al parecer alguien entró de madrugada y creó una copia de todos los proyectos que teníamos
en la nube, o eso es lo que marcan los registros–agregó agachando la mirada.