Capítulo 127
Si Carlos estuviera aquí en ese momento, diria que Leonardo había ordenado que se liberara a la familia Sánchez de toda cooperación, ¿podría la familia Sánchez insistir?
Natalie se rió y no dijo nada más.
Cuando los dos terminaron de cenar, sentados en el salón viendo la televisión, Leonardo miró a Natalie y le dijo: -¿Qué vas a hacer con tu madre?
Natalie dejó de sonreír, –Nada, ya dijo en público que cortó la relación conmigo, a partir de ahora somos extraños.
Leonardo se sorprendió, -¿Estás seguro?
Matilda le dijo mucha veces a Leonardo que Natalie la imitaba, que quería la misma porción de amor de Beata y Ricardo.
Natalie frunció el ceño y miró a Leonardo, -¿Por qué no estoy segura?
-He oído que has estado intentando recuperar la relación con Beata, tal vez lo pasarías mejor si tuvieras una familia que se preocupara por ti.
Natalie dejó la fruta en la mano y se puso seria.
Señor Ramos, ¿le han pedido que me persuada?
Leonardo se quedó callado unos segundos y dijo: –Mati vino a verme esta tarde, quería que pudiera persuadirte de que no siguieras con este asunto.
Natalie lo miraba fríamente, -¿Y? ¿Se lo prometiste?
-No, creo que te arrepentirás si te distancias demasiado con la familia López, así que quiero que lo pienses bien.
-No se preocupe, ¡ya lo he pensado!
Después de hablar de este tema, Natalie ya no quiso ver televisión y se levantó para volver al dormitorio.
Natalie no salió hasta que Fermín vino a terminar de hacerle la acupuntura a Leonardo.
Cuando Leonardo dio un descanso, dudó un momento y empujó su silla de ruedas para llamar a la puerta de Natalie.
-Natalie, quiero hablar contigo.
Unos segundos después, se oyó la voz fría de Natalie: -Me voy a dormir, hablemos mañana.
Leonardo se quedó un rato en la puerta y dijo, -¿Estás enfadada?
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No, vuelve a tu cuarto, tengo sueño, no me molestes.
Leonardo no dijo ni una palabra más, dio la vuelta a su silla de ruedas y se marchó.
A la mañana siguiente, cuando Leonardo se despertó, Natalle ya se había ido a trabajar, obviamente lo estaba evitando.
Leonardo terminó su desayuno seriamente y llamó a Natalie.
-¿Ocurre algo?
Al oír la fría voz de Natalie, Leonardo no contuvo su ira y dijo fríamente: Natalie, ¿por qué estás enfadada?
Ella se quedó callada durante dos segundos.
-No estoy enfadada.
-Entonces, ¿por qué cuando me levanté esta mañana y ya habías salido a trabajar? ¿No estás evitarme?
-Señor Ramos, hoy tengo muchas cosas que hacer en la empresa, así que me fui temprano, ¿ debo informarle?
–Ven conmigo la fiesta de la familia Sánchez por la noche, te recojo en MY después del trabajo esta noche!
Tras decir esto, y sin esperar a que ella hablara, Leonardo colgó directamente el teléfono.
El día pasó rápido, Natalie seguía mirando documentos en la empresa y recibió una llamada de Leonardo.
-¡Estoy aquí, bájate!
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