Capítulo 190
Karol no tenía expresión en el rostro, -Nunca acepté que te llevaras mi diseño para hacer daño a la gente.
Karla se burló, -¿Qué diferencia hay? Tú me vendiste el diseño, ino deberías preocuparte por lo que yo haga con él!
-No te daré más mis diseños.
Karla estaba sorprendida, apretó los dientes y dijo: -¡Qué! ¿Quieres que echen a tu madre del hospital? No olvides que firmamos un contrato, si lo rompes, tienes que pagarme trescientos mil dólares en concepto de daños y perjuicios, ¿tienes tanto dinero?
Viendo el desprecio y el desdén en los ojos de Karla, Karol sacó una tarjeta del bolsillo y se la entregó.
-Aquí hay trescientos mil dólares, estamos en paz.
Karla miraba estupefacta la tarjeta que le entregó y luego se rió fríamente: -Karol, me engañas con una tarjeta que no tiene dinero, ¿verdad?
-Compruébalo en el banco, la contraseña son seis ceros.
-No, firmamos un contrato por dos años, ahora todavía queda más de un año, ¡no estoy de acuerdo en rescindir el contrato!
Desde que Karol se entregó a los diseños, ganó la admiración y la envidia de sus colegas, y ya no era la china normal, así que ¿cómo podría volver a ser la de antes?
Karol parecía indiferente, – Tengo el derecho de rescindir el contrato, incluso si no quieres el dinero, no voy a dibujar diseños para ti en el futuro.
-¿De dónde has sacado tanto dinero?
Nada que ver contigo.
Karla apretó los dientes, -¡Conozco a un especialista en medicina interna, si sigues dibujando diseños para mí y a explicar el plagio, le presentaré ese especialista para curar a tu madre!
Karol negó con la cabeza: -No hace falta, ya he encontrado un médico mejor.
Antes, Karla dijo que ayudaría a su madre a encontrar un especialista, pero en lugar de eso, encontró un médico cualquiera para tratarla, lo que provocó que la enfermedad de su madre se retrasara otro medio año..
Ahora, Karol no se dejaba engañar de nuevo.
Le puso la tarjeta en la mano a Karla: -No vengas por mí, no voy a verte.
+15 BONUS
Tras despedirse de Karla, Karol tomó un autobús hacia el Primer Hospital de Monteflor.
Al llegar a la sala de Vanilla Sami, ella se apresuró a agarrar la mano de Karol.
-Karol, ¿por qué de repente me enviaron a una sala tan agradable? ¿Qué ha pasado?
Antes Vainilla estaba en un pabellón para cuatro personas, pero ahora la habían cambiado de repente a una habitación individual con baño y cocina separados, y una pequeña sala de estar.
Vainilla se sobresaltó y llamó a Karol para que viniera.
Karol se acercó a la cabecera de la cama y se sentó, cogiendo la mano de Vainilla, le dijo: Mamá, vas a vivir aquí para recuperarte de la enfermedad, la sala para cuatro personas es demasiado ruidosa, no puedes descansar bien cada día.
Debido a su enfermedad, la mano de Vainilla estaba tan seca como la corteza de un árbol viejo, lo que contrastaba fuertemente con los esbeltos dedos blancos de Karol.
Karol bajó la mirada y sus ojos enrojecieron involuntariamente.
-Esta habitación individual debe de ser muy cara, ¿de dónde has sacado tanto dinero, Karol?
Al ver la suspicacia en los ojos de Vainilla, Karol dijo: Mamá, no te preocupes, no he vendido. mi cuerpo, no haré ese tipo de cosas.
-¡Si no me lo explicas claramente, no me quedaré en este pabellón!
Karol la abrazó, -Vale, te digo, mi jefa te arregló esta sala. Me dijo que le debía y que se la pagaría descontando 700 dólares de mi sueldo cada mes hasta liquidarla.
Vainilla frunció el ceño: -Jefa o jefa.
Karol sabía la preocupación de su madre, y dijo con impotencia: Jefa, a partir de mañana me voy a trabajar, puede que no tenga tiempo de cuidarte durante el día, así que contrataré a una cuidadora.
Natalie le dio un sueldo, después de devolver los 700 dólares aún podría contratar a una cuidadora para que cuidara de Vainilla, y lo más importante, podría seguir diseñando sin tener que estar a nombre de otra persona.
Vainilla se negó: -Puedo cuidar de mí misma, quiero volver a mi antiguo pabellón, no quiero ser una carga para ti…
