Capítulo 383
#El dinero debía usarse para desarrollar la empresa, pero esos accionistas sólo querían los beneficios y no querían aportar ni un céntimo, así que ahora tendría que echarlos, y volver a invertir el dinero después de convertirse en la única propietaria de Esplendor Bordado.
Por la noche, Natalie y Leonardo fueron a ver a Josefina, que había estado internada los últimos días, y los médicos aceptaron darle el alta después de hacerle un examen físico completo, que mostró que los índices de salud eran normales.
Cuando llegaron a la sala, la cuidadora recogió las cosas de Josefina.
Al ver a Natalie, Josefina dijo: – Natalie, tienes mucho trabajo, no hace falta que vengas a recogerme al hospital.
Natalie caminó hacia ella y se sentó a su lado, -No, he oído que no has tenido buen apetito en casa sola, esta noche Leo y yo cenamos contigo.
Josefina se alegró mucho y asintió con la cabeza: -Vale, Tadeo me ha comprado docenas de gallinas viejas de la granja ecológica de su amigo para que me nutra, el sabor es bastante bueno, pido en la cocina que guisen una esta noche.
-Qué bien, tengo ganas de comer esta noche.
Charlaron durante todo el camino de vuelta a la Mansión de Armonía, donde Natalie le tomó el pulso a Josefina en secreto y se sintió aliviada al comprobar que estaba bien.
Justo cuando entró al salón, Josefina le dijo a Leonardo: – Leo, vete a trabajar, tengo algo que decirle a Natalie, eres un hombre no apto para saberlo.
Leonardo giró la cabeza para mirar a Natalie y asintió con la cabeza: -De acuerdo.
Josefina llevó a Natalie a sentarse en el sofá, la cogió de la mano y le dijo: – Natalie, ¿te trata bien?
–
Natalie no esperaba que Josefina preguntara por esto y se sonrojó.
-Muy bien.
-Me alegro. Aunque Leo es mi nieto, realmente te considero de la familia. Si te molesta, seré la primera en llevarle la contraria. Si de verdad vuelven a estar
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Natalie frunció los labios y susurró, Abuela, aún no he pensado en volver a casarme con el señor Ramos, tal vez necesito un poco más de tiempo.
Josefina sonrió, depende de ti.
Natalie, no me has entendido, no trato de forzarte, todo
Bueno, gracias abuela.
Aunque la gente de la familia López no le caía bien, Natalie estaba agradecida de haber conocido a su abuela tan amable y abierta como Josefina.
Charlaron un rato más y la criada se acercó y las llamó a cenar.
Josefina le pidió a criada que le diera a Natalie una sopa de pollo y le dijo con una sonrisa: Natalie, deberías tomar la sopa, estás cansada y delgada por el trabajo, me das pena.
Natalie se pellizcó las mejillas, -No, no lo creo, y me veo mejor cuando estoy más delgada.
-Te ves bien, pero no adelgaces como otras.
Natalie asintió, —¡Vale, ya lo sé!
Al recibir la sopa de pollo de criada, Natalie dio un sorbo y su cara cambió de repente.
Al ver que tomaba un sorbo y lo dejaba a un lado, Josefina dijo rápidamente: Natalie, ¿por qué no te lo bebes? ¿Sabe mal?
Natalie negó con la cabeza, —Abuela, es que está un poco caliente, me lo bebo luego.
Bueno.
Josefina quería pedirle a la criada que se hiciera una sopa y Natalie dijo de repente: -Abuela, parece que le falta un poco
ponerle un poco.
de sal a la sopa, voy a la cocina a
Tras decir eso, Natalie se levantó y llevó la sopa hacia la cocina.
La voz de Josefina sonó detrás de ella, -Natalie, deja criada.
Natalie bajó los ojos, -Abuela, es mejor que me vaya.
Leonardo, que notaba que algo le pasaba, se levantó y dijo, -Voy a ver. Josefina asintió, -Bueno, no dejes que Natalie sirva la sopa, se va a quemar.
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Natalie frunció los labios y susurró, -Abuela, aún no he pensado en volver a casarme con el señor Ramos, tal vez necesito un poco más de tiempo.
Josefina sonrió, depende de ti.
Natalie, no me has entendido, no trato de forzarte, todo
-Bueno, gracias abuela.
Aunque la gente de la familia López no le caía bien, Natalie estaba agradecida de haber conocido a su abuela tan amable y abierta como Josefina.
Charlaron un rato más y la criada se acercó y las llamó a cenar.
Josefina le pidió a criada que le diera a Natalie una sopa de pollo y le dijo con una sonrisa: Natalie, deberías tomar la sopa, estás cansada y delgada por el trabajo, me das pena.
Natalie se pellizcó las mejillas, -No, no lo creo, y me veo mejor cuando estoy más delgada.
-Te ves bien, pero no adelgaces como otras.
Natalie asintió, —¡Vale, ya lo sé!
Al recibir la sopa de pollo de criada, Natalie dio un sorbo y su cara cambió de repente.
Al ver que tomaba un sorbo y lo dejaba a un lado, Josefina dijo rápidamente: Natalie, ¿por qué no te lo bebes? ¿Sabe mal?
Natalie negó con la cabeza, -Abuela, es que está un poco caliente, me lo bebo luego.
-Bueno.
Josefina quería pedirle a la criada que se hiciera una sopa y Natalie dijo de
repente: -Abuela, parece que le falta un poco de sal a la sopa, voy a la cocina a ponerle un poco.
Tras decir eso, Natalie se levantó y llevó la sopa hacia la cocina.
La voz de Josefina sonó detrás de ella, —Natalie, deja criada.
Natalie bajó los ojos, -Abuela, es mejor que me vaya.
Leonardo, que notaba que algo le pasaba, se levantó y dijo, —Voy a ver.
Josefina asintió, -Bueno, no dejes que Natalie sirva la sopa, se va a quemar.
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Leonardo entró en la cocina y vio a Natalie mirando la olla de sopa de pollo, se acercó a ella y le preguntó: -¿Hay algún problema con esta sopa?
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