Capítulo 31: La oportunidad que esperaba
IDRIS DOYLE
+15 BONUS
Corrí hacia el baño, apretando los dientes y los labios, no podía contenerlo más tiempo. Cuando quise abrir la puerta, esta se abrió sola. Tuve que levantar la mirada para darme cuenta del hombre rubio y atractivo delante de mí, que me veía como si fuera un bicho raro.
La desesperación me hizo empujarlo a un lado antes de precipitarme hacia la taza del baño, sacando todo el contenido de mi estómago.
-¡Oye! ¡¿Qué te pasa, loca?! -exclamó furioso y con justa razón.
-¿Qué ocurre?
Escuché la voz de un segundo hombre.
–
-Una mujer entró a vomitar al baño, creo que está ebria… —contestó el rubio malhumorado.
Estaba sudando frío y no tenía intenciones de pelear con nadie. Me puse de pie y enjuagué mi boca en el lavabo ante la mirada de los dos hombres. -Lamento mucho lo ocurrido, pero si no te hacía a un lado de seguro hubiera vomitado encima de ti -intenté disculparme, pero el rubio torció aún más la boca.
-Disculpa, pero… ¿quién eres? -preguntó el segundo hombre, tan pelirrojo como Kyle, era obvio que era su hermano o por lo menos un familiar bastante cercano.
—Ah… Soy Idris, la madre del niño al que Kyle le iba a donar su médula… —dije apenada y aún
mareada.
Noté como ambos hombres palidecieron de la sorpresa.
-Idris… -pronunció el chico pelirrojo como si no pudiera creerlo-. ¡Perdona nuestra
expresión! Es solo que… Kyle nos habló de ti y es como si ya te conociéramos.
>>Me presento, soy Finn Lynch y este rubio insípido es mi hermano Evan.
–
Sí, y somos tus hermanos mayores, por eso la jodida sorpresa en nuestros rostros – contestó Evan con fastidio.
-¡Evan! -exclamó Finn molesto.
-¿Qué necesidad de ser «delicados» con esa información? ¡No tiene sentido! ¡Es una adulta, ya hasta tiene un hijo! ¿Qué tan difícil puede ser para ella entenderlo?
La cabeza me comenzó a punzar y me sentía en exceso cansada. —¿Hermanos? -pregunté confundida mientras retrocedía desconcertada.
Idris, no te asustes agregó Finn extendiendo sus brazos hacia mí, como si quisiera evitar
+15 BONUS
prueba de ADN, y es que no hace falta, tan solo mírate… míralo, mírame… ¿No es obvio?
Toda la vida me había acostumbrado a estar sola y de repente descubrir que hay un lugar al que pertenezco, que hay más personas compartiendo mi sangre, es… tan extraño que me sentía abrumada.
—Solo danos la oportunidad de explicarnos… -suplicó Finn mientras yo comenzaba a perder el equilibrio.
-No me digas que piensas vomitar de nuevo -dijo Evan molesto.
-Sí y pienso vomitar encima de ti–contesté apoyándome en la pared. El sudor frío había regresado y mi cuerpo se sentía débil, como si mis extremidades se convirtieran en gelatina-.
Necesito aire.
Supliqué antes de que mi visión se comenzara a tornar negra y mis rodillas se doblaran. No sé quién fue el que me tomó por la cintura, evitando que cayera, tampoco reconocí a quién me tomó en brazos. Solo sabía que sus voces se oían lejanas casi inexistentes, antes de que
terminara inconsciente.
:>
-Te dije que no era la manera de hacer esto… -dijo Finn mientras aún me encontraba con los ojos cerrados.
-¿Para qué darle tantas vueltas? Que se entere de una vez por todas que es una Lynch y regresemos todos juntos a Dublín, mamá debe de estar ansiosa por conocerla…
-¡Evan! Eres un imprudente. ¿Ya viste como se puso? Todo es tu culpa.
-¿Mi culpa? Si ustedes no fueran tan tibios…
-Se llama: «Tener tacto>>.
Entreabrí los ojos y me descubrí en el sofá, aún mareada y confundida. —Señores, ¿pueden dejar de discutir? La señorita acaba de despertar -dijo una enfermera que parecía estarme auxiliando.
-¡Idris! ¿Estás bien? -preguntó Finn hincándose a mi lado y acariciando mi mejilla—. Nos preocupaste mucho.
Ÿ
-Habla por ti -agregó Evan cruzado de brazos y viéndome como si no fuera suficiente.
-¿Hermanos? -pregunté confundida y aún asqueada.
Gundre
Sí, Kyle, Evan y yo…,–contestó Finn con una gran sonrisa.
+15 BONUS
Habíamos ido a la cafetería del hospital para poder hablar con más soltura. Me compró un café que no estaba muy dispuesta a probar mientras sentía nudos en el cerebro. Todo había pasado tan rápido.
-¿Por qué…? Ni siquiera sabía cómo formular la pregunta. ¿Por qué me habían abandonado? ¿Por qué había crecido lejos de ellos?
-Porque hay gente que solo quiere dañar… Una persona que era muy cercana a nosotros, te alejó. Su objetivo era romperle el corazón a mamá y lo logró. Ahora sabemos que estuviste todo este tiempo en un orfanato, con otro apellido y lejos del país que te vio nacer–contestó Finn con pesar-. Lo que importa es que ya estás con nosotros y las cosas serán muy diferentes. Sé que has pasado por mucho dolor, pero… se acabó.
De pronto me levanté de la mesa, incómoda, confundida y aún mareada. ¿Cómo podía creer que en verdad eran mis hermanos? ¿Cómo confiar en ellos si apenas los conocía? Necesitaba espacio y tiempo para pensar.
-Preferiría mantener esto de momento en secreto… -dije agotada-. Necesito… pensar esto.
Necesito asimilarlo.
-Tomate todo el tiempo que necesites…
contestó Finn, quien parecía ser el más accesible, y
me entregó una tarjeta igual que la que me había dado Kyle, pero esta tenía sus datos personales. Si quieres hablar o necesitas algo, por favor, no dudes en llamarme.
Asentí mientras retrocedía y los dejaba en la cafetería. Era demasiado para mí, una noticia que se sintió como una cubetada de agua fría. Aunque ahora sabía que tenía una familia, tenía miedo y sinceramente no tenía intenciones de acercarme a ellos, no quería. Tal vez solo era mi habitual desconfianza la que hablaba.
Ÿ
-Te ves pálida… —dijo Tina en cuanto llegué a casa—. ¿Segura que te sientes bien?
—No, sufrí un segundo desmayo y… las náuseas son insoportables —contesté presionando la cabeza entre mis manos.
-Pues tu azúcar está en rango, tu presión parece normal, no tienes fiebre ni pareces enferma -agregó viéndome con preocupación.
-Solo es estrés… Han sido días difíciles.
-Pues… algo me dice que no es estrés -contestó viendo fijamente mi vientre.
-No… Ni siquiera lo pienses…
No estoy afirmando nada, pero tal vez no estaría de más que te hicieras una prueba -agregó levantando los hombros.
-No… No puedo estar… -apreté los dientes, renuente a pronunciar esa palabra-. En este
+15 BONUS
puedo tenerlo. Sería excesivo. No es el mejor momento.
-Creo que primero deberías descartar la posibilidad. Además, no deberías de pensar de esa forma. Un bebé siempre es una bendición y tal vez, si es que este existe, podría ser la respuesta que estabas buscando -dijo con una gran sonrisa, haciendo que la confusión aumentara dentro de mi cabeza.