apítulo 6: Una boda en puerta
LIAM BLAKE
-¿No te da gracia como todos intentan ser agradables y perfectos ante tus ojos solo para tener tu benevolencia? -pregunté mientras veía a la familia reunida. Todos fingiendo ser almas buenas para tener el favor de mi abuelo.
-Es el ciclo de la vida… Solo se acercan al anciano cuando aspiran tener una parte de la herencia contestó mi abuelo entre risas y terminó tosiendo su alegría. Mi madre tenía razón, se veía enfermo y decaído, pero no borraba esa sonrisa burlona de su rostro. Dime, Liam, ¿ cuándo planeas traer a casa una mujer y tener una familia?
La última mujer que había pisado la mansión me había roto el corazón y me había humillado frente a todos. ¿En verdad tenía motivos para volverlo a intentar?
-No puedes juzgar a todas las mujeres por culpa de una sola. Además, eran demasiado jóvenes para saber lo que en verdad querían.
-Abuelo, me iba a casar con ella y me abandonó en el altar argumentando que era demasiado débil para una relación de verdad. Gritó frente a todos que no sería un hombre capaz de ofrecerle la vida que tanto anhelaba.
»Ahora soy demasiado fuerte para caer en esa estupidez de enamorarme.
-¿Fuerte? A mis ojos sigues siendo débil, incluso más débil que antes contestó mi abuelo dedicándome una mirada cargada de tristeza.
En ese momento mi madre se acercó a la familia causando silencio y sorpresa, algunas miradas se posaron en mí y cuando reconocí a la acompañante de mi madre, comprendí lo que estaba ocurriendo. Era Annie, la mujer que me había abandonado en el altar, la misma que me transformó en lo que era ahora.
El tiempo no había corrompido su belleza, sus ojos demostraban una madurez que no tenía la última vez que la vi, pero su sonrisa seguía siendo inocente y cautivante. Algo se retorció dentro de mi pecho, cuando por fin se percató de mi presencia.
¿Liam?-preguntó con emoción, pero temor por acercarse.
¿Qué haces aquí? -inquiri entre dientes. Intimidado y herido.
-Yo la invité. Supe que regresó al país y creí que sería bueno que se reuniera con nosotros. contestó mi madre viéndola con orgullo. Ante sus ojos Annie siempre había sido la mujer perfecta para mí.
-¿Podemos hablar en privado? -preguntó Annie con timidez.
No fui capaz de contestar cuando mi madre y mi abuelo desaparecieron. -¿Qué haces aquí?
11
O
+25 BONOS
-Has cambiado, te ves diferente… Yo también he cambiado, he madurado.
-Eso ¿de qué me sirve?
-Liam, sé que te lastimé mucho en el pasado, fui inmadura y tenía miedo de comprometerme con alguien siendo tan joven. No tuve que decir todo eso el día de la boda.
Justo cuando el padre había preguntado si alguien se oponía a nuestra unión, ella fue la primera en alzar la mano. Al parecer en ese entonces le era desagradable que fuera un hombre. tierno y sentimental, que me apasionara más la escritura que el ser empresario. De pronto todo lo que la había enamorado de mí, en ese momento se volvió un obstáculo para ser feliz a mi lado y no dudó en gritarlo a los cuatro vientos antes de huir de la iglesia, humillándome ante todos en el proceso.
Estoy aquí porque me di cuenta de que cometi un grave error… y quisiera arreglarlo -dijo acercándose a mí, haciendo que mi estómago se retorciera. ¿Aún sentía algo por ella después de todo el daño que me había causado?–. Era muy joven y no sabía lo que hacía.
-Te agradezco lo que hiciste, ahora soy más fuerte de lo que alguna vez crei que sería contesté con media sonrisa, tomando su rostro del mentón y perdiéndome en sus ojos miel. Quería destrozarla con mis propias manos, pero me sentia incapaz.
-Lo noto contestó tomando mi mano entre las suyas. Si pudiera retroceder el tiempo…
-Fuera de mi vista -agregué alejándome un par de pasos.
Liam… Sé que tu abuelo está muy enfermo, tu madre me lo dijo y lo confirmé al verlo, también sé que tiene la inquietud de que no te has casado ni formado una familia. Quiero compensar mis errores del pasado, quiero… retomar lo que teniamos y darle gusto a tu abuelo.
-¿Cómo?
-Lo que escuchaste, Liam–intervino mi madre con emoción, al parecer no pudo evitar espiarnos. Annie está aquí para que retomen su amor, ahora con madurez y consciencia. Podrán casarse como bien lo iban a hacer hace años y tener esa familia que todos queremos
ver.
-¿Estás bromeando? -pregunté furioso, plantándome delante de mi madre.
-Liam, tu abuelo está cada vez peor… No es que tengamos mucho tiempo. Ya es hora de que dejes de meter a cuanta mujer se te atraviesa en tu cama y te tomes la vida con seriedad. Annie es una buena chica y será la mejor esposa y madre que puedas encontrar.
Annie era la mujer que había conocido desde la adolescencia, mi mejor amiga y el amor de mi vida, a quien le dediqué mis mejores años y por la que hubiera dado la vida, la misma que me humilló y me abandonió. ¿Era posible dejar el pasado atrás por ella y retomar nuestra relación en donde había quedado?
+25 BONOS
(Familia! ¡Tengo un aviso que hacerles!-dijo mi madre golpeando su copa con un tenedor
Mi hijo, Liam, va a casarse con Annie. Ahora las cosas serán mejores y nuestra familia crecerá
Todos parecían sorprendidos y desconcertados. Apenas nos habíamos reencontrado y ¿ya nos ibamos a casar? ¿Qué clase de situación absurda y estúpida era esa?, pero parecía que no tenía mucha opción, una parte de mi deseaba demostrarle a Annie que me había convertido en el hombre que ella siempre había deseado, y, por otra parte, Idris no dejaba de palpitar en mi
cerebro.
Sin decir ni una sola palabra, sin negar ni aceptar el compromiso, abandoné la reunión, confundido y sintiéndome estúpido, Las cosas carecían de lógica últimamente.
IDRIS DOYLE
Llevaba un par de semanas trabajando para una empresa, me habían destinado al departamento de ventas y estaba tratando de sobrellevar a mis compañeros tóxicos y ami jefe acosador. No me sentía cómoda trabajando con ellos, pero me estaba dando lo suficiente para poder sacar los gastos del hospital y la mejoría de mi pequeño Oliver me hacia sentir que valia la pena.
-Tenemos una venta muy importante, el comprador es un hombre exigente, por eso me acompañarás tú, Idris–dijo mi jefe al salir de su oficina, dedicándome una mirada lasciva que me incomodo.
-Sí, señor….
Tienes que hacer todo lo que te diga, ¿entendido? El señor Rogers es muy singular, not acepta hacer ningún trato si no hay una chica linda de por medio, de seguro te invitará un par de tragos y tú tendrás que aceptarlos.
-¿Cómo?-pregunté algo confundida y nerviosa.
Tranquila, es «ojo alegre, pero no pasará nada malo. Solo convéncelo de firmar, ¿ entendido?