Capítulo 7: Regresa a mi
IDRIS DOYLE
En cuanto ilegamos al restaurante entendí a lo que se refería. El señor Rogers era un hombre entrado en años, barrigón y de aspecto bonachón. Noté como le brillaban los ojos en cuanto vio mis largas piernas y, para terminar de arruinar mi día, tuve que sentarme a su lado.
Con cada copa que se tomaba, sentía que se recorría sobre el sillón, acercándose cada vez más a mí. Durante toda la comida permaneci con la misma copa de vino, bebiendo con tragos pequeños. No era mi plan embriagarme.
-¡No pienso firmar nada hasta que esta encantadora señorita se acabe su copa! -exclamó divertido, con las mejillas y la nariz enrojecidas.
Entre risas y suaves codazos, me tomé el vino. El alcohol me ardió en la garganta y al dejar la copa de regreso en la mesa, el señor Rogers la volvió a llenar pese a mi negativa.
-¿Qué tan buena es bebiendo, señorita Doyle?-preguntó entre risas.
-No muy buena -respondí angustiada al ver mi copa casi llena hasta el borde.
-Tómese otra conmigo -insistió empujando la copa hacia mí,
No, creo que ya es mucho contesté con una sonrisa incómoda.
—¡Beba! ¡No sea tímida! ¡Su jefe no la va a regañar! -insistió.
-Vamos, Doyle, bebe con el señor Rogers agregó mi jefe dedicándome una mueca de molestia antes de beber de su copa.
-No veo necesario que beba para poder firmar el contrato–contesté comenzando a disgustarme.
-Muñeca, si no bebes, ¿cómo nos vamos a divertir después? -agregó el hombre acercándose indebidamente, poniendo su mano sobre mi muslo y apretándolo de manera provocativa, haciendo que me levantara de un brinco y tirara la copa sobre su regazo.
-¡Doyle! -gritó mi jefe furioso.
-Lo siento, pero no permitiré que me toque indebidamente este hombre desagradable contesté indignada mientras escuchaba al señor Rogers maldecir mientras se limpiaba con
servilletas.
Sali atarantada y nerviosa, ansiosa por abandonar el restaurante cuando mi jefe me detuvo tomándome del brazo, haciéndome regresa
-Te sentarás al lado del señor Rogers y le pedirás perdón, es más, tú misma limpiarás sus pantalones, con la lengua si es necesario–dijo furioso, encajando sus dedos en mi carne.
–¡No! ¡No voy a ser el entretenimiento de ese hombre tan desagradable! -exclamé horrorizada.
-¿Qué ocurre Doyle? Ya lo hiciste antes…. ¿Qué te cuesta hacerlo ahora?
-¿Qué?
+25 BONOS
-¿Crees que no sé que fuiste la zorra del señor Blake? ¿Cuántas veces te escondiste debajo de su escritorio mientras le bajabas la bragueta? Solo imaginate que el señor Rogers es él y abre grande esa boca -dijo con una gran sonrisa y fue como si un relámpago me atravesara por completo.
Sin pensarlo dos veces, lo abofeteé, haciendo que me soltara de inmediato.
-¡Es un maldito puerco! ¡No se atreva a…! -antes de poder terminar la frase, sentí una bofetada de regreso que me silenció mientras mi mejilla se inflamaba.
-Da gracias que no te pegué con el puño, porque bien que te lo mereces, m*****a zorra barata, ahora te quieres comportar como una dama. ¡Por favor! @
Hasta ese momento me daba cuenta de que lo que había hecho para Liam solo me había mostrado como una prostituta ante todos.
Mi jefe me tomó de la mano y cuando me iba a dar el primer jalón, algo lo golpeó con fuerza en la cara, derribándolo al suelo.
¡¿Qué demonios…?! -exclamó desde el piso, pero pronto se calló al ver quien era su
agresor.
-¿Liam?-pregunté desconcertada y retrocedí. No era el mismo hombre frío y contenido que conocí. Estaba fuera de sus casillas, iracundo y con los ojos inyectados de furia.
-¿Te lastimó?-me preguntó en un susurro sin despegar la mirada de mi jefe. Abri la boca, pero no supe qué responder–¡¿Te lastimó o no?! ¡Contesta, Idris!
Me tomó por el mentón y revisó mi mejilla inflamada, pude escuchar como rechinó sus
dientes.
-Señor Blake… Mi jefe estaba horrorizado, había perdido el color de sus mejillas.
-¿A cuántas de tus empleadas has tratado de esta forma? ¿Cuántas mujeres tienen que ofrecerse a los clientes para que tú generes ventas? -preguntó Liam furioso, tomando por el cuello de la camisa a mi jefe y agitándolo. ¿Cómo es que una escoria como tú, trabaja para mi?
¿Había escuchado bien? ¿La empresa pertenecía a Liam? Retrocedí sorprendida y choqué con el pecho de Clark, quien permanecía en silencio, viendo a su jefe en acción. Me saludó con un ligero asentimiento y una sonrisa gentil, antes de regresar mi atención a mi jefe que cafa al suelo por culpa de otro golpe de los puños de Liam.
-¡No! ¡No voy a ser el entretenimiento de ese hombre tan desagradable! -exclamé horrorizada.
-¿Qué ocurre Doyle? Ya lo hiciste antes… ¿Qué te cuesta hacerlo ahora?
-¿Qué?
+25 BONOS
-¿Crees que no sé que fuiste la zorra del señor Blake? ¿Cuántas veces te escondiste debajo de su escritorio mientras le bajabas la bragueta? Solo imaginate que el señor Rogers es él y abre grande esa boca -dijo con una gran sonrisa y fue como si un relámpago me atravesara por completo.
Sin pensarlo dos veces, lo abofeteé, haciendo que me soltara de inmediato.
-¡Es un maldito puerco! ¡No se atreva a…!–antes de poder terminar la frase, sentí una bofetada de regreso que me silenció mientras mi mejilla se inflamaba.
m*****a zorra
-Da gracias que no te pegué con el puño, porque bien que te lo mereces, m’ barata, ahora te quieres comportar como una dama. ¡Por favor!
Hasta ese momento me daba cuenta de que lo que había hecho para Liam solo me había mostrado como una prostituta ante todos.
Mi jefe me tomó de la mano y cuando me iba a dar el primer jalón, algo lo golpeó con fuerza en la cara, derribándolo al suelo.
-¡¿Qué demonios…?! -exclamó desde el piso, pero pronto se calló al ver quien era su
agresor.
-¿Liam?-pregunté desconcertada y retrocedí. No era el mismo hombre frío y contenido que conocí. Estaba fuera de sus casillas, iracundo y con los ojos inyectados de furia.
-¿Te lastimó?-me preguntó en un susurro sin despegar la mirada de mi jefe. Abrí la boca, pero no supe qué responder-. ¡¿Te lastimó o no?! ¡Contesta, Idris!
Me tomó por el mentón y revisó mi mejilla inflamada, pude escuchar como rechinó sus
dientes.
-Señor Blake…. -Mi jefe estaba horrorizado, había perdido el color de sus mejillas.
-¿A cuántas de tus empleadas has tratado de esta forma? ¿Cuántas mujeres tienen que ofrecerse a los clientes para que tú generes ventas?-preguntó Liam furioso, tomando por el cuello de la camisa a mi jefe y agitándolo. ¿Cómo es que una escoria como tú, trabaja para
mi?
¿Había escuchado bien? ¿La empresa pertenecía a Liam? Retrocedí sorprendida y choqué con el pecho de Clark, quien permanecía en silencio, viendo a su jefe en acción. Me saludó con un ligero asentimiento y una sonrisa gentil, antes de regresar mi atención a mi jefe que caía al suelo por culpa de otro golpe de los puños de Liam.
20
+25 BONOS
—-Clark….……. Quiero que te deshagas de esta escoria y necesito que alguien investigue cada negocio realizado por él. No tolerare este tipo de conductas dijo Liam con los dientes apretados.
-Si, señor contestó Clark con tranquilidad.
Antes de que pudiera desaparecer de la escena, Liam me tomó de la muñeca y me dirigió hacia el apartado donde él estaba cenando. Me sentó en el cómodo sillón frente a la mesa y de nuevo revisó mi mejilla antes de tomar un par de hielos y envolverlos en una servilleta.
Esto no hubiera pasado si no hubieras decidido irte dijo en un susurro mientras calmaba mi hinchazón con el frío.
-¿En realidad me fui? Al parecer esta empresa también es tuya. ¿También fue tu plan que entrara aquí? —pregunté desilusionada, tomando su mano entre las mías y alejándola de mi mejilla. ¿Tú les pediste que me contrataran?
Su silencio me respondió. ¡Ya no quería seguir siendo un titere más! Me levanté de la mesa, confundida y mareada, triste y con el corazón roto. No quería saber nada de él, porque cada vez que lo veia a los ojos recordaba el error tan grande que cometi.
-Idris… Su voz me detuvo en seco y en cuanto giré hacia él, sentí que mi cuerpo tembló. Con cada paso que daba hacia mí, me sentia más débil. Ya basta, ya deja de pelear. Regresa y te daré todo lo que necesiten tú y el niño.
Tomó mi rostro entre sus manos y su mirada pasó de ser fría y cruel a triste. Pegó su frente a la mía e inhaló profundamente mi aroma.
Quédate–insistió antes de posar sus labios sobre los míos.
Era la primera vez que tenía un gesto así en público. Cada acercamiento era solo en su alcoba.
-¡En otras noticias nuestro soltero codiciado por fin ha encontrado el amor! -dijo la presentadora del noticiero en las pantallas del restaurante. Este fin de semana fue oficial el compromiso del señor Liam Blake con la señorita Annie Taylor. Aunque aún no se ha dado una fecha para la boda, es un hecho que están comprometidos. Nuestro soltero más guapo de la ciudad ya tiene dueña.
Las fotos en las pantallas no mentian, pude ver a Liam saliendo de la mansión de su abuelo acompañado de esa mujer tan hermosa y joven. Era todo lo que yo no podría ser jamás, con esa ropa refinada y andar elegante!
Today’s Bonus Offer
GET IT NOW