Capítulo 21: No hay enemigo pequeño
IDRIS DOYLE
Estaba sorprendida, las palabras de Liam parecían sinceras, era como si, por primera vez en todo este tiempo, él pudiera sentir empatía por mí y nuestro hijo. ¿Era el milagro que había estado esperando? ¿Ese lado sensible y noble dentro de él, que parecía extinto, podría resurgir? Lo vi con esperanza y tomé su rostro entre mis manos, revisando sus ojos, queriendo descubrir si mentía, pero parecía sincero.
Se inclinó un poco más, reduciendo el espacio entre nuestros rostros, y me besó, saboreando mis lágrimas y haciendo que mi corazón se acelerara hasta reventar. Estaba teniendo una muestra de ternura hacia mí y en público, como si no le importara lo que dijeran los demás, cuando por años me mantuvo escondida.
-¡Ah no! ¡No mi mami! -exclamó Oliver asomándose encima de la cama, con el ceño fruncido, indignado. De un brinco bajó del colchón antes de que la enfermera pudiera ponerle el catéter nuevo y, sujetando su batita, camino lleno de decisión hacia nosotros y jaló a Liam del abrigo- Señor Blake, ella es mia, no puede darle besos ni agarrarla.
-¿Perdón?-preguntó Liam sorprendido al ver a su pequeño adversario.
Dije que es mia, es mi mami y no se la presto agregó Oliver indignado, abrazándose a mis piernas. Dile mami, dile que no te de besos, solo puedes darme besos a mí.
Llena de ternura, tomé a mi pequeño entre mis brazos y lo llene de besos, queriendo calmar su enojo mientras él no le quitaba la mirada de encima a su padre, dedicándole desconfianza y resentimiento.
-Bueno, creo que en algo nos parecemos, Oliver–dijo Liam levantando una ceja y con media sonrisa. Ambos celamos mucho a tu madre.
Acercó su mano hacia mi mejilla, queriendo acariciarla, pero Oliver extendió su manita, interceptándolo en el camino y, con delicadeza, la desvió, así como sus intenciones.
-Con mi mami, no. Es mía–dijo Oliver indignado, haciendo que Liam alzara ambas manos. aparentando rendirse.
–«<Señor celosito», deje a su mamá por un momento que tenemos que trabajar -dijo la enfermera aparentando estar indignada y tomó a Oliver por la cintura, dispuesta a regresarlo a la habitación.
-¡Pero Tina! ¡Tengo que proteger a mi mami! contestó Oliver indignado.
-La protegerás después de que te recuperes, así que coopera–agregó Tina regresando al cuarto mientras mi pequeño hacía puchero.
+15 BONUS
-Es un buen niño, lo has educado bien… -dijo Liam con aparente melancolía-, pese a mi
bien…-dijo
ausencia.
Algo estaba cambiando en él y no sabía cómo interpretarlo, ¿estaba volviéndose bueno? Esa era la explicación más sencilla que encontraba.
-Tengo que ir al trabajo…-agregó recuperando la compostura y esa actitud desinteresada-. Te veré en el departamento esta noche.
-¿Cómo?… pero…
-No pregunté. Se plantó frente a mí y me tomó por el mentón, silenciándome con esa presencia magnética y tétrica que lo caracterizaba-. No me hagas venir por ti y llevarte a la fuerza.
Depositó un beso dulce y breve en mis labios antes de irse, dejándome con más dudas que
respuestas.
LIAM BLAKE
En cuanto llegué al departamento por la noche, me encontré con una botella de champagne abierta y dos copas en la mesa, ya servidas. El lugar estaba en penumbras, con finas telas rojas traslúcidas sobre cada lámpara, haciendo que el momento se tornara sensual y llamativo.
Tomé las copas y me acerqué a la habitación con la puerta entreabierta. Frente a la ventana se encontraba Idris, absorta viendo los edificios, con su melena roja suelta y su cuerpo cubierto por un «<baby doll» negro que resaltaba su pálida piel.
Dejé su copa sobre la mesa de noche mientras que la mia me la empiné por completo, bebiéndola hasta la última gota, necesitaba agarrar valor para lo que iba a hacer.
a ve me tienes más miedo que respeto, pero…
emal v
-Idris… Lo estuve pensando todo el día, sé que no he sido un buen hombre contigo, incluso sé que Las palabras se me trabaron en la garganta, la última vez que me había declarado a una mujer todo terminó horriblemente parecía que e aún no superaba ese trauma-. Tenerte en mi vida ha sido lo mejor que me ha pasado y no he sabido valorarte. Eres la única mujer que ha sufrido lo peor de mi y ha decidido quedarse a mi lado.
>>Esto ya
a no se trata solo de follar… Idris, yo… Cuando intenté avanzar hacia ella, me senti mareado. Era imposible que solo una copa fuera capaz de tirarme- ¿Idris?
Vi su reflejo a través de la ventana y noté que su rostro no era el de siempre, algo había cambiado o tal vez eran los efectos del alcohol. En cuanto quise dar otro paso, mis rodillas se doblaron y tuve que apoyarme en el colchón para no caer. En ese momento Idris volteó, al mismo tiempo que se arrancaba la peluca, dejando caer una melena rubia impecable.
+15 BONUS
-¿Annie? -pregunté furioso, pero cansado y mareado.
-Yo… No crei que fueras capaz de traicionarme estando comprometidos–dijo viendo la peluca roja entre sus manos-. No puedo creer que… Después de todo lo que pasamos juntos, de tantos años amándonos, decidas herirme de esta forma.
-Annie… ¿Qué hiciste?
-No voy a ser la burla de todos contestó furiosa, empujándome del pecho y haciéndome caer en la cama-. Cometí un error en el pasado y te lastimé, te dejé ir y ahora me arrepiento, porque ahora entiendo que contigo pude tenerlo todo. No volveré a cometer el mismo error.
Se montó sobre mi cadera y comenzó a frotarse, cuando quise quitarla de encima, tomó mis manos, dirigiéndolas hacia sus muslos, por debajo de su lencería.
-Yo también puedo darte placer, incluso más del que ella te ofrece dijo contra mis labios
antes de besarme llena de necesidad.
-¿Por eso decidiste drogarme? -pregunté con ironía. ¿En verdad estaba tan desesperada?
Sin responder, comenzó a forcejear con mi pantalón mientras sus besos se volvían más insistentes. Aunque por momentos sus caricias elevaban mi temperatura y me sentía tentado a obedecer a mis instintos más primitivos, mi cuerpo parecía rehusarse a reaccionar, como si cada gramo de pasión solo pudiera derrocharse con una sola persona, una pelirroja irresistible que me enloquecía con solo una mirada. Para mi mala suerte, cada segundo me sumía más en la inconsciencia, temiendo así que Annie fuera a cumplir su cometido, mientras que Idris parecía renuente a llegar. ¿Había decidido dejarme plantado en el peor momento?