Capítulo 57: De amiga a enemiga
LIAM BLAKE
Lo qué más temía era que la competencia robara el proyecto. No me importaba tener el reconocimiento, pero sí que esa sangre fuera gratuita de la misma manera en la que yo planeaba distribuirla. Si alguien decidía hacer dinero con ella, todos mis esfuerzos se irían a la m****a.
-¡¿Cómo es eso posible?! ¡¿No estoy pagando por una seguridad impecable en todos nuestros sistemas?! -exclamé iracundo, tirando los papeles del escritorio-. ¿Cómo lograron evadir los candados?
-Al parecer la información salió de una computadora de la compañía -agregó Clark con voz tenue, modulando su tono para no hacerme enojar más.
-¿Quién?-pregunté con los dientes apretados-. Dame un nombre.
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Mi asistente, que se había mantenido a mi lado por tantos años, estaba sentada en medio de todo, cubriendo su cara, escondiendo su llanto, mientras su computadora portátil descansaba sobre el escritorio. ¡Yo no fui! -exclamó entre lágrimas y gimoteos-. ¡Lo juro!
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-El departamento de informática indicó que tu computadora fue el punto de extracción de esa información –dijo Clark.
-Yo no copié ningún archivo… ¡Sé lo importante que es! -insistió Jenny dedicándole una mirada de súplica—. Juro que no fui yo.
Me levanté de mi asiento, cansado de ser espectador. Me retiré el abrigo de los hombros y apreté los puños, sintiendo como los guantes de piel se tensaban en mis manos. Me acerqué a Jenny, quien me veía con miedo y pena. —¿Dónde estabas el día y a la hora que te indicó Clark?
-¡Estaba en mi cama… en el departamento, durmiendo! -gritó con ojos suplicantes y de pronto su mueca de pánico se aclaró en su rostro, como si de pronto hubiera recordado algo ¿Fue él?
-¿Quién? -pregunté tomándola por el mentón para mantener su atención en mí.
-Después del trabajo pasé a tomarme unos tragos al bar de aquí cerca y… -Sus ojos se movían erráticos conforme los recuerdos regresaban a su mente- …un hombre rubio y muy atractivo se acercó a mí, me invitó un par de tragos y… lo invité a mi departamento.
Agachó la mirada, apenada. Comprendía que había caído en la trampa. Tanto Clark como yo prestamos aún más atención. —¿Qué hombre? ¿Cómo se llama? —insistí.
-¡No me acuerdo! ¡Bebí tanto! —contestó Jenny exprimiendo su cabeza—. Se llama… Robert…
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-Robert… ¿qué? -Me desesperaba su escasa memoria.
-No lo sé, no recuerdo su apellido… –dijo angustiada y aterrada por lo que ya se imaginaba que le haría.
-¡Esa m*****a afición por acostarse con desconocidos! –exclamé furioso, tomando la silla en la que había estado sentado y arrojándola contra la pared, haciéndola pedazos. ¡Por culpa de tu descuido ahora los proyectos más importantes de la empresa están en manos de un desconocido! Espero que tu aventura de una noche valiera tanto la pena.
-Señor Blake… —susurró sin saber cómo defenderse, su maquillaje se había arruinado lloriqueos y esa imagen tan vulnerable y patética me revolvió el estómago.
por sus
-Estás despedida -dije entre dientes-. ¡Largo!
Jenny salió corriendo de la habitación, sabiendo que tenía suerte de la sentencia tan gentil que le di.
-Necesito que la vigilen, por si regresa el famoso «Robert» -le pedí a Clark en cuanto la puerta se volvió a cerrar.
-Entendido contestó de inmediato, pero parecía que había algo más que quería compartir –. Hace un par de semanas comenzó a funcionar una farmacéutica en la zona. Sus precios son más bajos y tanto sus farmacias como los visitadores médicos están teniendo más éxito con sus productos que los nuestros.
-Lo barato siempre sale caro -agregué molesto-. De seguro su calidad es deplorable, en cuanto la población vea que no tiene el mismo efecto que nuestras medicinas, se irán a la quiebra.
-La calidad de los medicamentos es muy buena. Me sorprende que puedan venderlos a ese precio. No deben de tener mucha ganancia, así que investigué de donde venían. La empresa pertenece a la familia Lynch.
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Entrecerré los ojos y apreté los dientes. ¿Tendrían algo que ver con la información robada? ¿
capaces de Esa era la manera en la que querían arruinarme? ¿En verdad se sentían enfrentarme? Les enseñaría a jugar. -Investiga todo lo que puedas de esa empresa. Quiero una lista de todos sus empleados.
-¿De todos?
-Los más importantes, los más cercanos al CEO, quienes sean más fáciles de corromper. Quiero una investigación profunda, ¿entendido?
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IDRIS LYNCH
-Ha pasado tanto tiempo, me estaba preguntando cuándo volverías -dijo el señor Thomas
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Oliver se asomó detrás de mí y vio al señor Harrison con emoción. Dio un par de pasos, pero la sorpresa en los ojos del anciano, hicieron que se detuviera.
-¿Oliver? ¿En verdad eres tú? -preguntó el señor Thomas con emoción y sus ojos se llenaron de ilusión. ¡Cómo has crecido!
-¡Abuelo! -exclamó Oliver y terminó de acortar la distancia entre los dos para poder abrazarlo. ¡Te extrañé muchísimo!
-¡Y yo a ti, mi pequeño! -contestó el señor Thomas con ternura.
¿Por qué Oliver le dijo abuelo? -preguntó Lily en un susurro, viéndolos abrazarse.
-Porque soy su abuelo, mi niña… También el tuyo -contestó el señor Thomas con una gran sonrisa, ofreciéndole la mano para que se acercara—. Qué niña tan encantadora. ¡Ve esos caireles de fuego! Cuando crezcas serás una mujercita tan hermosa como tu madre.
Lily me dedicó una mirada cargada de duda y, en cuanto asentí, dándole permiso de acercarse, corrió hacia ellos, dando brinquitos, luciendo tan encantadora y dulce como siempre, ganándose el corazón de su abuelo.
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-¿Crees que no sé que tu empresa viene a desbancar a la mía? -preguntó el señor Thomas mientras Oliver llevaba de la mano a Lily hacia las jardineras llenas de flores.
Me quedé en silencio, persiguiendo un guisante en mi plato, sin saber cómo responder.
-En este punto, la empresa es prácticamente de Liam, pero eso no significa que no le tenga cariño. Yo la fundé y la hice crecer… Yo la llevé a donde está y tú, pequeña, ¿vienes a amenazarme con destruirla?
-Señor Thomas… Esto es un asunto entre Liam y yo -contesté queriendo mostrarme fuerte.
-Idris, protegí tu secreto, incluso puse a Oliver como mi heredero universal. Te quiero como a una hija… pero entenderás que no puedo ponerme de tu lado cuando atentas contra Liam y nuestro imperio.
-Yo…
-Él ha cambiado.
-Eso no es cierto, nadie cambia contesté llena de réncor.